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viernes, 22 de abril de 2016

Diferentes palabras, mismo paradigma

Nota de autor: a la gente le gusta tirar mucho de hemeroteca y señalar "fallos", incluso si estos solo consisten en un error de interpretación. Lo que viene siendo un salseo, vamos. Recuerdo haber usado la palabra "trastorno" en la petición que he iniciado en change.org acerca de cierto libro y que, en este momento, cuenta con 25.000 firmas. La causa por la que uso esa palabra es por dar información "verdadera" aceptada por la mayor parte de la sociedad. Aunque esa palabra no debería ser empleada. Como diría el difunto Iwata: "Please understand".

Cada 2 de abril, la sociedad saca piezas de puzzles y objetos de color azul para celebrar el día Mundial del Autismo. Aunque este día no puede considerarse una fiesta. Las piezas de puzzle son más o menos aceptables (a pesar de que a muches autistas no nos gusta como símbolo), pero el color azul siempre ha ido de la mano de la iniciativa Light It Up Blue, creada por ese grupo de odio conocido como Autism Speaks.

No obstante, este no es el mayor de nuestros problemas. De hecho, este 2 de abril he visto, estupefacta, como algunas cuentas de Twitter, especialmente psicólogos, definían el espectro autista con la siguiente frase:
"El autismo no es una enfermedad, es un trastorno"
Como bien acotó la persona que citó este tuit, ahora resulta que el agua no es agua. Es H2O. Y, ya que estamos, llamemos cloruro sódico a la sal, grasa vegetal al aceite de girasol y tensioactivos perfumados a nuestro gel de ducha favorito. Oh, perdón, la ironía se me ha ido de las manos…

El punto es: de nada sirve cambiar cómo llamas a una realidad si empleas el mismo paradigma que usabas al principio. Quizá los ejemplos de mi párrafo anterior están un poco cogidos por los pelos e incluso realmente he cambiado de paradigma. Pero, en el caso de esa definición de autismo, el paradigma de la enfermedad se mantiene intacto en la frase que he citado. Por lo tanto, esa definición sigue siendo estigmatizante para nosotres.

¿Qué definición sería la correcta para autismo entonces? Algo así:
“El autismo es una condición en la que existen una serie de diferentes características en el funcionamiento del cerebro, las cuales son totalmente aceptables en la diversidad humana”.

¿Veis? Simplemente he cogido la frase que he citado, he traducido su contenido al paradigma de la neurodiversidad y he añadido un pelín de información. ¿A que está mejor? De hecho, considero que esta es la definición de autismo que debería usarse. O, al menos, en una versión corta. Explicar algo tan diverso como lo es el espectro autista en una frase es complicado.

Así que, querida sociedad, si realmente sientes preocupación por les autistas, hazte un favor, lee esto, comprende mi mensaje y no nos llames trastornades de gratis. Y si encima entiendes que cualquier mención al azul puede ser tomada como una muestra de apoyo a Autism Speaks, mucho mejor. Ya te machacaremos con eso de la aceptación cuando te molestes en aprender lo básico.

Porque supongo que llevar un cosplay de
Franziska von Karma (látigo incluido) y plantarme en las casas de la gente que dice que el autismo es un trastorno para hacerles copiar mi definición cien veces (como poco) no iba a funcionar. Usar métodos pedagógicos old school va en contra de mis normas. Aparte de que no soy Papá Noel o Dios como para estar en muchísimos sitios a la vez, ya me entendéis…

sábado, 16 de abril de 2016

Autisexualidad para desubicades

Antes de que comencéis a leer, me gustaría remarcar que este no va a ser el típico artículo en el que me centro prácticamente en la educación sexual que deberían tener les niñes en el espectro. Hay mucha información sobre formas de educar sexualmente a niñes autistas en internet, e incluso podéis encontrar buena información en español.

Mi enfoque va a ser más interno. La mayoría de las cosas que he encontrado han sido escritas por alistas que no se han molestado en preguntarnos qué cosas nos influyen para vivir nuestra sexualidad. Aunque aciertan apuntando ciertos asuntos, fallan ignorando otros que resultan ser vitales. Esa es la perspectiva que quiero evitar.

Y no, no voy a entrar en detalles jugosos sobre mi vida íntima. Siento decepcionaros si esperábais el morbo.

Lo cierto es que nuestra sociedad es muy paradójica en lo que sexualidad se refiere, porque por un lado el mundo occidental está OB-SE-SIO-NA-DO con el sexo. Y aunque sea incluso redundante entrar en ejemplos, basta ver la televisión por unos minutos para encontrarse, como mínimo, un anuncio excesivamente erotizado o sexualizado sin venir a cuento.

Por otro lado, la sociedad que tanto idolatra el sexo también lo trata como un tema tabú del que se habla poco y mal. Os lo dice una cuya educación sexual por parte de sus neidres fue una simple frase que, para colmo, ni siquiera se puede relacionar con el tema. Así que sí, el tabú sigue vigente. Y si resulta que te sales de la norma de una forma notoria, como me ha tocado a mí, este tabú mezclado con el morbo hacia lo diferente crea un poderoso enemigo: la desinformación.

No pretendo convertiros en expertes de sexualidad autista. De hecho, ni yo misma soy experta sobre mi propia sexualidad. Pero me contento con eliminar para siempre cualquier tópico sin sentido que hayáis escuchado sobre nosotres.

¿Qué caracteriza a la sexualidad autista?
  • Les autistas experimentamos atracción romántica y deseo sexual de manera normal.
  • Les autistas queremos intimidad, ya sea romántica o sexual.
  • Les autistas somos más propenses a tener una pareja también autista.
  • Les autistas somos ligeramente más propenses que les neurotípiques a pertenecer al espectro arromántico y asexual. 
  • Se estima que el 40% de les autistas forma parte de la comunidad GODI (Géneros y Orientaciones Diversos e Intersexualidad). Sin embargo, este dato debe ser cogido con pinzas, puesto que no he encontrado una fuente fiable que lo confirme.

Nuestros principales obstáculos para llevar la vida sexual que queremos están relacionados con la comunicación y nuestra capacidad sensorial.

Aunque la educación sexual hoy en día necesita ser ampliamente revisada, lo cierto es que es muy importante ofrecer estrategias para que podamos comunicar nuestras necesidades a nuestro compañere sexual de manera apropiada. Además, en caso de que la capacidad sensorial de la persona en cuestión pueda suponer un problema para llevar una vida sexual plena, lo ideal sería buscar estrategias para que deje de ser un contra.

Asimismo, considero que es de vital importancia educar lo antes posible sobre el consenso, así como tácticas para evitar situaciones de abuso y depredadores sexuales, ya que por nuestra ingenuidad y una grave carencia de educación sexual que satisfaga nuestras necesidades reales tenemos más probabilidades de ser víctimas de abusos.

En resumen: lo básico que necesitamos es conocimiento y seguridad. A partir de ahí, ya solo nos falta encontrar a une compañere adecuade.

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