Por si no tenía suficiente con todo el mareo azul de abril, con todo lo que ello conlleva, junio no es mucho mejor. Es más, ya ha salido la discusión bi/pan y ahora, gracias a los resultados de las elecciones locales, la gente también habla de lo mucho que el PSOE ha hecho por la comunidad LGBT+. Como persona no binaria, permitid que lo dude.
El caso es… ¡Junio se acerca!
La leyenda narra que, en la medianoche del 1 de junio, al morir el eco de la decimosegunda campanada, una marabunta de empresas, restaurantes y tiendas cambiarán su imagen de perfil en toda red social habida y por haber, enseñando un arcoiris, tratando de contarnos que los derechos LGBT+ les importan. O eso dicen, porque si os fijáis, en los perfiles que usan en Oriente Medio, ese cambio no ocurre. ¿Por qué? Porque ser parte del colectivo es ilegal. Pena de muerte, tipo de ilegal.
Esto, amigues, se llama performativismo, o activismo performativo. Acciones destinadas a mostrar apoyo a ciertas comunidades o causas, sin hacer realmente nada material. En este ejemplo, podemos hablar del término pinkwashing, que seguro que os suena muchísimo más. U otro ejemplo: cada 2 de abril, con motivo del Día Mundial del Autismo, el asociacionismo azul se organiza para que haya cientos de edificios iluminados de azul. Lo que Autism Speaks llama #LightItUpBlue. Sí, con el hashtag y todo para hacerlo más #trendy.
Pero… ¿Tiene alguna finalidad práctica? ¡No, claro que no!
En ambos casos, estas acciones responden a la necesidad capitalista de crear un márketing positivo, con pos de atraer más negocio. Pero, de nuevo, ¿hacen algo material?
Esto me hace recordar aquel spot que Starbucks hizo en 2019, enfatizando el hecho de que apoyan a la comunidad LGBT+, con un foco especial a la T, lo cual es un tanto debatible porque hay una historia un tanto reciente que prueba que prefieren despedir a sus trabajadores, aunque todo apunte a la posibilidad de que estén siendo víctimas de un crimen de odio. Sé que hay más ejemplos de Starbucks despidiendo a trabajadores trans en casos en los que su imagen como empresa peligra, pero ya se sabe lo roto que va Google.
Pero eh, que los señores no se quedan atrás vendiendo merchandising con arcoiris y demás. Porque ya se sabe, poderoso caballero es Don Dinero. Y otro trapo sucio que he encontrado: Starbucks ha intentado usar el seguro médico de sus trabajadores trans como arma para evitar que éstes se unionicen.
Pero nada, chiques, digamos que apoyamos al colectivo y que les cuidamos de verdad. No sé yo, Starbucks, y menos mal que no soy una persona de bebidas calientes. Pues a esto me refiero con performativismo. Y por eso cada vez soy un poquito más cínique respecto a este tema. El ejemplo de Starbucks puede parecer cogido con pinzas, pero hay muchos más ahí afuera.
¿Y sabéis qué es lo peor? Que el Orgullo en Reino Unido no es una cosa de junio y ya está. ¡Noooo! Porque Birmingham ya tuvo su orgullo el fin de semana pasado, creo. Blackpool lo suele tener a mediados de junio. Chester lo solía tener en julio. ¡Y Manchester lo hace a finales de agosto!
Por suerte, tan pronto como sea 1 de julio, mucha de la parafernalia arcoiris se guardará en un baúl para usarla el año siguiente, pero todo este lavado de cara que pasa en junio no es algo que me haga ilusión. No quiero aliades temporales, porque quienes somos LGBT+ lo somos cada día de nuestras vidas, y si algo he aprendido es que prefiero ver acciones pequeñas, pero sinceras. Haced márketing con otra cosa; a menos que sea una cosa que os toque en primera persona.
A ver si este año nos tomamos en serio el meme del mes de la Furia, porque yo sinceramente estoy hasta los cojones de tanta hipocresía, tanta transfobia y tanta discusión tonta interna.